En la actualidad, es común escuchar acerca de los ataques cibernéticos, o ciberataques. Y es que se trata de un tema prioritario, lo mismo para gobiernos y empresas de todo tipo que para cada uno de nosotros como usuarios de Internet. Esto es así porque es mucho lo que está en juego entorno de la seguridad cibernética, en caso de ser víctimas de los llamados hackers.
Por un lado, ante el boom de la transformación digital y la movilidad, y el inicio de la interacción de aparatos domésticos, vehículos, sistemas de calefacción e iluminación, y muchas cosas más con Internet (lo que se conoce como el Internet de las Cosas, o IoT), cada vez guardamos más datos valiosos en múltiples dispositivos –desde laptops y smartphones hasta smartwatches, ropa (los llamados wearables), televisiones, y tantas opciones más–, de manera que podría decirse que estamos siempre en riesgo.
Y por otro lado, el que algún negocio sufra algún ciberataque por medio del cual nuestros datos como clientes hayan quedado expuestos pone en riesgo nuestra privacidad y seguridad, de forma similar a cuando nos roban nuestras tarjetas de crédito o identificaciones en el mundo físico. Lo peor es que esto sucede más a menudo de lo que esperaríamos.
Bancos, escuelas, comercios, aseguradoras, hospitales, restaurantes y todas aquellas organizaciones públicas o privadas con las que interactuamos de manera cotidiana en el mundo físico, adicionalmente a las tiendas en línea, redes sociales, apps móviles, plataformas de conferencias web y demás, que forman parte de nuestro día a día también –sólo que en el mundo virtual–, guardan, gestionan, consultan, comparten y migran entre nubes, plataformas y centros de datos detalles valiosos de nuestra información personal, bancaria, de salud, hábitos de compra y mucho más todos los días y a cada momento, por lo que realmente no sería raro padecer robos de identidad, extorsiones, saqueos de cuentas o un largo etcétera.
No por nada que la seguridad cibernética sea un tema de primer nivel en las agendas empresariales. Para dar una idea, cada vez que un hacker logra dar en el blanco de una organización e irrumpe en sus sistemas, pretende secuestrar su información (a través del ransomware) o “inyecta” algún virus o malware en sus aplicaciones y sistemas, entre otras muchas opciones de ataques, no sólo pone en riesgo la privacidad de los datos de sus clientes, sino todo su negocio.
Veeam estima que cada hora de inactividad de una aplicación de alta prioridad cuesta a los negocios $67,651 dólares en promedio, a nivel global.
De acuerdo con el Reporte de Tendencias de Protección de Datos 2020 de Veeam, las amenazas cibernéticas representan el reto No. 1 que más preocupa al sector empresarial mexicano para lo que resta del año, con 37% de respuestas en este sentido en la región que comprende a México.
¿Qué podemos hacer, como usuarios finales, para protegernos ante esta creciente y preocupante vulnerabilidad constante?
Si bien nada nos exime del riesgo, cada cual en su rol puede hacer mucho. En el caso de nosotros, los particulares, si bien la manera en la que las tecnologías continúan evolucionando nos abre ciertamente un gran mundo de posibilidades en múltiples ramas, ello también nos responsabiliza cada vez más en cuanto a la forma en que debemos cuidar nuestros datos y los de todos aquellos con quienes interactuamos.
De acuerdo con la IMF Business School, algunos consejos para proteger nuestros datos serían: configurar los ajustes de privacidad en las redes sociales; evitar las contraseñas fáciles y repetidas en diferentes plataformas (además de que es recomendable cambiarlas a menudo); mantener la red WiFi privada; evitar subir a la nube nuestros datos más críticos e información personal propia o de terceros, y contar con diferentes correos electrónicos para utilizarlos discrecionalmente (es decir, no usemos la misma cuenta de e-mail que usamos en la escuela o trabajo, para hacer log-in en nuestra app bancaria desde el móvil). Adicionalmente a esto, es vital hacer del respaldo de datos un hábito.
Las organizaciones, por su parte, también deben continuar avanzando en llevar su seguridad al mismo nivel de sus avances tecnológicos hacia la digitalización. La buena noticia es que ya están en esa dirección. En Veeam continuamos observando el creciente interés en nuestras soluciones de respaldos, replicación y recuperación ante desastres, las cuales son inteligentes, automatizadas, integradas y orquestadas en la nube.
Éstas son las que les permiten salir triunfantes de un ataque cibernético, pero además son la base de las estrategias de Gestión de Datos en la Nube, que tienen una doble función: mientras brindan la seguridad necesaria para datos, aplicaciones o sistemas –que pueden ser borrados por errores humanos, sufrir algún ataque o encontrarse ante una amenaza de ransomware, por ejemplo–, protegiéndolos y manteniéndolos disponibles tanto si están en alguna nube o plataforma, como si están migrando de un lado a otro, al mismo tiempo les proveen la flexibilidad, agilidad de respuesta e inteligencia que hoy en día se requiere para sacar el mayor provecho de toda esa valiosa información, sin comprometerla, para tomar decisiones en tiempo y forma, generar nuevas iniciativas de mercado, conocer nuestras preferencias como clientes y, en sí, continuar llevando adelante sus negocios.
Así que no lo olvides: si bien todos estamos expuestos a ser víctimas de un hacker, es tarea de todos hacer lo necesario para protegernos lo más posible.
Por Abelardo Lara, Country Manager de Veeam México.