Probablemente has oído hablar en alguna ocasión del síndrome del «burnout», La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció este síndrome como una enfermedad asociada al trabajo. La definía como un síndrome resultado del estrés crónico en el lugar de trabajo que se caracteriza por agotamiento, falta de concentración, irritabilidad o insomnio, entre otros síntomas.
Tal vez te interese: 75% de los mexicanos considera hacer más home office debido a su preocupación por el COVID-19
Pero ¿por qué puede presentarse cuando estamos trabajando desde casa? ¿Qué podemos hacer para evitar que nos afecte en nuestra motivación y eficiencia en el trabajo?
Néstor Guerra, experto en gestión de equipos y trabajo en remoto e instructor de Udemy, nos comparte tres consejos para evitar el síndrome del burnout.
1 – Priorizar y establecer horarios
La realidad es que el teletrabajo cuenta con aspectos positivos, desde la posibilidad de pasar más tiempo en familia, la flexibilización de horarios, hasta ahorro de tiempo y dinero relacionado con los desplazamientos. De hecho, según el estudio ‘Felicidad en el lugar de trabajo’, realizado por Udemy for Business, tener un buen equilibrio entre trabajo y vida personal es el factor más importante para los trabajadores (37%), por encima de cualquier otro aspecto.
Teletrabajar no es -o al menos no debería ser- sinónimo de disponibilidad 24/7 y esto es algo muy importante que tanto los trabajadores como las empresas deben tener claro.
Es cierto que podemos enfrentarnos a un pico de trabajo en el cual resulta casi prácticamente necesario invertir más horas, debiendo ser temporal, pero no la pauta general.
Esta situación de alargar las horas laborales día a día y durante un periodo de tiempo amplio genera burnout, es decir, desgaste mental y físico en cualquier persona. De este modo, resulta fundamental ceñirnos a los horarios, establecer prioridades y optimizar nuestro tiempo. Asimismo, es importante saber diferenciar entre urgente e importante. Hay muchas cuestiones que pueden ser de última hora, ¿pero son verdaderamente importantes?
2 – Los descansos, requisito fundamental en las jornadas de teletrabajo
Existen trabajadores que cuentan con una gran capacidad de concentración y que son capaces de mantenerla tanto desde la oficina como en su casa. Estos trabajadores comienzan su jornada laboral y son capaces de estar conectados y trabajando incansablemente hasta que terminan su jornada laboral hasta tarde.
Y aunque a priori esta concentración pueda resultar admirable o pueda parecer beneficiosa a nivel de eficiencia, la realidad es que nuestra mente y nuestro cuerpo necesitan descansos para mantener la productividad.
Para conseguir este equilibrio y que no se vea mermada nuestra productividad, si es necesario, deberemos establecer alarmas para hacer descansos durante la jornada laboral, de manera que despejemos durante ese momento la mente y separemos la vista de la pantalla.
Podemos aprovechar también para estirar los músculos y recargar energías. Además, por supuesto, debemos respetar los horarios de comida y mantener una dieta saludable, ya que, tal y como afirma la Organización Internacional del Trabajo (OIT), comer de forma inadecuada puede disminuir hasta en un 30% la productividad laboral.
3 – La confianza, base para liderar equipos en remoto
Durante el home office las personas pueden sentirse cuestionadas por sus superiores o sentir la necesidad de demostrar que están siendo productivos desde casa. Por ello, en ocasiones, tienden a asumir más tareas de las que pueden abarcar y, consecuentemente, a trabajar más horas de las establecidas. Esta sobrecarga de trabajo junto a la sensación de «no poder llegar a todo» provoca un estrés en el trabajador que puede derivar en un burnout.
Este agotamiento quizás puede ser más habitual entre los directivos y altos ejecutivos, debido a su nivel de responsabilidad dentro de las compañías, este síndrome puede afectar a cualquier trabajador. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), México tiene un 75% de prevalencia de estrés en su fuerza laboral.
En este sentido, resulta fundamental que exista una base sólida de confianza entre el trabajador y la empresa, y más entre el trabajador y el líder o responsable del proyecto, en general, entre todo el equipo. De esta manera, los trabajadores tendrán la seguridad que necesitan para delegar tareas y levantar la mano si requieren de ayuda para llegar a todo.