La era de la digitalización se ha distinguido por despegar de manera acelerada la llegada de nuevos proyectos al público, pero muchas veces nos resulta invisible cómo se da esa transición del departamento de investigación y desarrollo a los hogares de las personas. Gran parte de estas actualizaciones y nuevas ideas surgen, toman forma y se transforman en la esfera del código y la programación: funciones novedosas, interacciones o compatibilidad. Sin embargo, con el apalancamiento de tecnologías emergentes avanzadas, como son el aprendizaje automático y la inteligencia artificial, recién estamos sentando las bases de un mundo de posibilidades.
La revolución comercial del metaverso
Con la transición a entornos digitales, múltiples sectores y negocios tuvieron que adaptarse. Un ejemplo de esto es el comercio minorista, donde, según Statista, hace siete años 92.8% de las compras se realizaban en tiendas físicas, mientras que en 2021 prácticamente 1 de cada 5 transacciones del sector provienen de la venta en línea.
Tales cambios también han impactado en la manera en que se publicitan productos y servicios, pasando de los carteles espectaculares en las carreteras a banners en páginas web o animaciones en aplicaciones gratuitas. De cara al desarrollo de ambientes más inmersivos, los anuncios también se enfrentan a una etapa de reinvención, y servicios, buscando aquellos que logren dar a los desarrolladores la libertad de crear campañas y posicionar sus aplicaciones más eficientemente.
Promocionar de una manera integrada en la tienda de aplicaciones sienta las bases para transformar la publicidad en diferentes entornos y soluciones, adecuándose a las características de sistemas y plataformas variadas. Esto abre la puerta para que en el futuro sea posible reinventar la experiencia de compra en el metaverso, simplificando el despliegue de tiendas y productos virtuales que asemejen la experiencia de compra en el mundo real, pero con todas las ventajas de velocidad, servicio y comodidad que brindan las soluciones digitales.
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IA que simplifica el trabajo de todas las industrias
Desde rellenar un formulario hasta dibujar un concepto, la inteligencia artificial (IA) ha sido una de las tecnologías emergentes más llamativas de los últimos años. Si bien comenzamos a tener interacción con este tipo de soluciones en la vida diaria, sus alcances se mantienen en una escala básica, aun aprendiendo del comportamiento y relacionamiento con personas y organizaciones.
Pese a que gran parte de los proyectos de IA que observamos hoy en día podrían no cubrir las expectativas que se ha granjeado esta tecnología, la realidad es que incluso en esta etapa tras bambalinas se estima que la implementación más básica de automatización optimiza entre un 30 y un 40% del tiempo que se invertiría en la actividad de forma análoga, según PwC.
Sin embargo, encontramos algunas aplicaciones en ciernes que comienzan a reflejar el verdadero impacto de la IA: GitHub Copilot, por ejemplo, puede generar líneas de código elementales, basándose en la programación de aplicaciones y sitios previos, para auto-llenar o recomendar a los desarrolladores qué instrucciones incluir al programar, lo que les permite dedicar más tiempo a labores creativas o estratégicas. A largo plazo, este tipo de implementaciones podrían automatizar otras tareas, como la creación o revisión de contratos jurídicos, el despliegue de planos de proyecto para ingenieros o arquitectos e incluso el diagnóstico de enfermedades.
Predecir el futuro a partir de los datos
Todos los días interactuamos con algoritmos que nos recomiendan qué música escuchar, qué películas ver o qué ruta tomar para llegar a casa. Pero, para que esto funcione de manera adecuada, la aplicación necesita recurrir a información previa que pueda ayudarle a definir un perfil y así ofrecer una serie de opciones. Con miles de aplicaciones, sitios web, usuarios y archivos, a veces los propios sistemas tienen problemas para identificar qué información es relevante y que datos se encuentran relacionados.
Con la expansión de los ambientes de nube, esta situación se ha vuelto todavía más compleja: ya no se trata de buscar, organizar y revisar archivos dentro de una computadora, ahora el cielo es el límite. Por eso cada vez nos encontramos con más soluciones orientadas a homologar e identificar la información, convertir información aparentemente aislada en datos estructurados que permitan la toma de decisiones de manera inteligente.
Las empresas deben buscar una herramienta que les permita organizar el caos de datos a nuestro alrededor para convertirlo en información clave, que haga de la estadística una herramienta de negocio. Haciendo esta transición integral, ya no solo las empresas podrán beneficiarse de este tipo de recursos, sino que fomentará el modelado de soluciones predictivas para las personas. En los próximos años, podríamos encontrarnos con rutinas programadas donde tu refrigerador ordene automáticamente la lista de compras, sin necesidad de que estés preocupándote por revisar los insumos y acudir a la tienda.