Tras pasar una época desafiante en el 2020 y hasta 2021, en la que aparecieron complicaciones que amenazaron la viabilidad de las interconexiones económicas internacionales, así como incertidumbres con respecto a las posibilidades logísticas de transporte de materia prima, componentes y productos terminados, todo pareciera indicar que este año la industria manufacturera en México trae nuevas y fuertes olas de renacimiento, con un potencial de alto impacto en la economía general del país. El sector de fabricación sigue siendo predominante en la economía mexicana, abarcando diferentes tipos de industrias, desde el enlatado de alimentos hasta el ensamblaje de aeronaves.
De acuerdo con Statista, la industria manufacturera representa el 18% del producto interno bruto (PIB) en México y tan solo en 2021 atrajo una inversión extranjera directa de 12,560 millones de dólares y empleó a más de nueve millones de trabajadores.
Según el nuevo libro digital especializado en manufactura de Zebra Technologies, “Nuevas Realidades para la Industria de Manufactura en México”, existen cuatro catalizadores del resurgimiento del sector en el país. El primero, se relaciona con los largos tiempos de las cadenas de suministro provenientes de China, los cuales ya no quieren ser esperados por los clientes. El segundo, fue revelado durante el conflicto Rusia-Ucrania, cuando fue evidente la imposibilidad de depender de proveedores energéticos que puedan utilizar el suministro de los recursos como una herramienta política. El tercero, es la intensificación de los esfuerzos de Estados Unidos por expandir la producción de semiconductores. Y, por último, la necesidad de contar con cadenas de suministro cerca y más cortas, modelo conocido hoy como Nearshoring. De acuerdo con lo expuesto en el libro digital de Zebra, ya hay varios argumentos que demuestran la migración de la manufactura a México. Los casos más fuertes se están presentado en el sector automotor. La nueva planta anunciada de TESLA en Nuevo León, las inversiones anunciadas por el fabricante alemán Zahnradfabrik Friedrichshafen (ZF) por 39.6 millones de euros para construir una planta de manufactura en Toluca y la inversión de la empresa BMW en San Luis Potosó por 864 millones de dólares en una nueva plataforma para producir autos eléctricos y un nuevo centro de producción de baterías de alto voltaje, son algunos ejemplos del nuevo panorama que se le presenta al sector.Si bien este proceso de relocalización de la producción tomará su tiempo, se ha presenciado un aumento en la migración de manufactura a nuestro país. Este fenómeno empieza a poner a prueba la solidez y transparencia de los procesos productivos de las fábricas mexicanas, en los que la convergencia entre el mundo físico y el digital con tecnología avanzada, puede marcar la diferencia en el éxito o fracaso de los negocios del sector frente a estas nuevas oportunidades que se hacen realidad.Para optimizar sus procesos, las empresas están invirtiendo en tecnología, conscientes de que ésta es el ingrediente que hará posible una industria más resiliente y receptiva. La industria de la manufactura hoy puede beneficiarse enormemente de tecnologías para la automatización, las cuales liberarán a los empleados de cargas innecesarias, para hacer frente a los imprevistos y situaciones inherentes a la Manufactura 4.0 y responder eficientemente a los clientes. Dentro de este grupo, se encuentran las tabletas, escáneres y computadores móviles ultrarresistentes, capaces de operar en cualquier tipo de ambiente. Igualmente, las impresoras industriales, las cuales fueron diseñadas para plantas de producción que necesitan operar 24/7 y sin interrupciones en sus flujos de trabajo. Los lectores fijos con RFDI se volverán también indispensables a medida que la industria continua con su crecimiento, pues su uso brindará capacidades de lectura y captura más rápidas y precisas en lugares de rotación constante, como las bandas transportadoras. Estas herramientas definen un nuevo estándar de ejecución, pues cuentan con un rendimiento máximo, excelente sensibilidad y mejor rechazo de interferencia. Otras herramientas como las cámaras de visión inteligente serán un ingrediente vital para obtener total certeza de la calidad de la producción, pues hace posibles imágenes que ayudan a las industrias a incrementar la visibilidad de los procesos y detectar imperfecciones que el ojo humano podría pasar por alto.
Las fábricas del futuro emplearán el aprendizaje automático para el análisis en tiempo real (Machine Learning), apoyando sus decisiones y siguientes acciones en datos e información basada en conductas históricas.
Los inversionistas tienen el ojo puesto en México. Depende de las empresas locales avanzar hacia el objetivo de hacer que la fabricación sea más sostenible, digital, calificada y resistente. Tal y como lo menciona el libro de Zebra, “invertir en tecnologías para la manufactura y el almacén será clave para el éxito operativo en el futuro de esta industria. De ahí que sea esencial garantizar la visibilidad de la cadena de suministros y las líneas de producción, a fin de que el personal tenga las herramientas que necesita para satisfacer las expectativas de los clientes en cuanto a transparencia y trazabilidad.”