- Estándares básicos en sistemas de seguridad: actualmente el país no cuenta con una ley enfocada en temas de ciberseguridad, sin embargo, existe un estándar que todos los negocios online que procesen tarjetas como método de pago deben tener, PCI (Payment Card Industry, por sus siglas en inglés), el cual es un requisito creado en el 2006 por la coalición entre Visa, MasterCard, American Express, Discover y JCB. Por lo que es importante que las empresas tengan este requisito y que los consumidores verifiquen que donde vayan a realizar la compra cuente con este protocolo de seguridad.
- Pensamiento dedicado a prevención de fraudes: además del estándar antes mencionado, es necesario que cada organización tenga su propia metodología para la prevención del fraude ante cobros online. Por ejemplo, contar con un equipo especializado que desarrolle y mantenga la red segura a través de una configuración de firewall, datos cifrados, actualización de antivirus, restricciones de acceso, contar con capas de autenticidad, entre otras cosas.
- Comunicación y sensibilización con clientes: las organizaciones deben compartir con sus usuarios qué acciones están realizando para evitar fraudes. Con el acceso a internet existen muchas maneras de robar información, sin embargo, para evitar estos eventos, es necesario contar con infraestructura y pasarelas de pago que cuenten con esta visión de seguridad desde el origen. De igual forma, los negocios deben instruir a sus consumidores para que estén preparados ante cualquier situación y entender que la seguridad es tarea de todos.
- Uso de la tecnología a favor de la seguridad: el uso de tecnología de vanguardia en las formas de pago ha permitido que cada vez más compradores sientan confianza al hacer transacciones, ejemplo de esto, es el cambio de la tarjeta magnética a la de chip o el uso de tarjetas digitales para una sola compra. Este tipo de herramientas son relevantes para evitar los fraudes y generar transacciones legítimas. A dicha tecnología se suman innovadores sistemas que ayudan a reforzar la seguridad de los datos al navegar y comprar en línea, como el uso de biométricos y el reconocimiento de voz, que están ayudando a innovar para contrarrestar la situación de los fraudes.
- Inteligencia de datos contra el crimen: es necesario contar con herramientas basadas en IA que puedan compartir información estadística sobre cómo se comporta el fraude, temporalidad, geografía y el comportamiento de los tarjetahabientes. De igual forma, contar con las soluciones que apoyen a validar una transacción legítima a lo largo de todo el ciclo de pago electrónico. Openpay por ejemplo, cuenta con Opencontrol, una herramienta que a través de algoritmos de Machine Learning.
- Trabajo en equipo: así como es importante que las organizaciones cuenten con medidas preventivas en sus cobros online, los usuarios también deben considerar algunas pequeñas acciones para minimizar los fraudes, como: leer las recomendaciones de las empresas, evitar tener su información en diferentes dispositivos para que otras personas no hagan uso de esto, utilizar contraseñas más robustas, habilitar el uso de factores de autenticación a través de un PIN por correo o mensaje, así como corroborar alertas con los negocios para detectar algún posible fraude, entre muchas otras medidas.
El comercio electrónico en México es ya una de las formas de consumo más relevantes. De acuerdo con Statista, el número estimado de usuarios de e-commerce durante el 2022 en el país fue alrededor de 64 millones, y se estima que para el 2027, podría llegar a los 88 millones. Ante un panorama como este, nos encontramos con un escenario que exige estar cada vez más informados sobre cómo realizar cobros online de forma segura y evitar fraudes cibernéticos, por ello Mastercard y Openpay by BBVA nos comparten los siguientes datos para que, tanto empresas como consumidores, puedan evitar caer en una situación de fraude.