Esta tecnología utiliza toda esta información para desarrollar una comprensión más profunda del ser humano detrás de la acción y su comportamiento típico para identificar desviaciones que pudieran ser indicativas de actividad fraudulenta.Formar una plantilla precisa para el comportamiento requiere solo unas pocas interacciones. Una vez que la tecnología establece cuál es el comportamiento normal de un dispositivo, la biometría del comportamiento se convierte en una herramienta muy efectiva para identificar cambios en el comportamiento o para detectar si el cliente está actuando bajo coacción o con un nerviosismo inusual. Las tecnologías biométricas conductuales de vanguardia pueden verificar individuos únicos en función de estos patrones de comportamiento y así ayudar a diferenciar entre un cliente legítimo, un bot o un estafador. Ofrecer experiencias de cliente personalizadas, rápidas y seguras, a la vez que se minimiza el fraude, es el objetivo final de las interacciones digitales exitosas. Las empresas necesitan una visión más dinámica de las identidades de los clientes y de los riesgos asociados con una transacción que abarca un contexto digital, físico y de comportamiento multidimensional. Equilibrar el desafío de riesgo sin causar molestias es donde la tecnología de biometría del comportamiento se convierte en un elemento que cambia las reglas del juego. Los clientes digitales esperan una experiencia rápida y conveniente. La fricción innecesaria en el recorrido del cliente puede causar interrupciones, lo que lleva al abandono o al fracaso de la transacción. Al mismo tiempo, los clientes deben sentirse protegidos contra el fraude durante todo el recorrido de la transacción. La capacidad de verificar pasivamente a los clientes de confianza a la vez que se mantiene un nivel de fricción apropiado para el riesgo en puntos de contacto específicos o eventos de mayor riesgo ayuda a mantener las transacciones digitales con un movimiento eficiente. La capacidad de ampliar los conocimientos de los usuarios sobre cómo los consumidores individuales interactúan con dispositivos y aplicaciones puede desempeñar un papel integral para facilitar la autenticación pasiva. La biometría del comportamiento es una opción poderosa para las empresas que buscan una evaluación de riesgos más completa y formas pasivas de verificación de clientes. Al final, la biometría del comportamiento puede reducir el fraude al tiempo que mejora la experiencia general del cliente. Por Adrián Sánchez, Director de Planeación Estratégica para América Latina y el Caribe en LexisNexis Risk Solutions.
Las soluciones inteligentes de identidad digital e inteligencia de dispositivos son populares entre las empresas que buscan herramientas eficientes de prevención del fraude, lo que permite a las compañías reconocer a los buenos usuarios a través de dispositivos confiables, de sus ubicaciones y su huella digital, al tiempo que identifican múltiples patrones que podrían indicar fraude. Esto se conoce como biometría del comportamiento.
Aunque estas tecnologías son altamente efectivas, los estafadores continúan buscando formas de superar incluso las soluciones de prevención de fraude más complejas y sofisticadas, utilizando estafas de ingeniería social, por ejemplo, donde el cliente final es manipulado para autorizar una transacción para el estafador. Por esta razón y otras, la biometría del comportamiento se está volviendo cada vez más popular ya que agrega una capa adicional de seguridad contra estas amenazas, sin agregar complejidad a la experiencia del cliente.
La biometría del comportamiento analiza la forma en que un usuario interactúa con un dispositivo o aplicación en línea, evaluando aspectos como el movimiento del teléfono, el comportamiento de la pantalla táctil, el ritmo de escritura, el tiempo que pasa en una página y otros gestos interactivos. Esta opción puede ayudar a las organizaciones a identificar clientes genuinos en función de patrones y criterios, incluido el ritmo de pulsación de las teclas, cuánto tiempo el usuario mantiene presionada una tecla antes de soltarla, deslizamientos de dedos, movimientos del mouse y qué tan fuerte presiona un usuario la pantalla de su dispositivo.