Ganar dinero fácil a expensas de bancos y usuarios seguirá siendo el principal objetivo de los ciberdelincuentes por mucho tiempo. La carrera entre estos y los encargados de la seguridad de las instituciones financieras es continua: a medida que se implementan mecanismos de seguridad más avanzados, los ataques y tácticas para cometer fraude se vuelven más sofisticados.
De acuerdo con la Encuesta de Crimen Económico y Fraude 2018 de PwC, 49% de las organizaciones de todo el mundo reportaba haber sido víctimas de fraude y del crimen financiero. Además, poco menos de una tercera parte dijo que sus compañías realizaron evaluaciones de riesgo en áreas críticas, como sobornos, corrupción y lavado de dinero. Finalmente, 34% señaló que sus sistemas para detectar crímenes financieros producían demasiados positivos falsos.
Gestionar el riesgo de fraude exige un esfuerzo continuo, más aún en un entorno en el que se eleva el número de brechas de datos y las amenazas se vuelven más persistentes y organizadas. Además, la pandemia de COVID-19 complicó aún más el panorama.
¿Qué es lo que depara al sector financiero para 2021 en materia de fraude? Los expertos de SAS han identificado cinco tendencias principales en este rubro a las que hay que estar atentos en los próximos 12 meses:
- La identidad sintética continuará en aumento. El robo de identidad sintética es el crimen financiero de mayor crecimiento en países como Estados Unidos. Mediante el robo de números de seguridad social y la manipulación de información personalmente identificable, los defraudadores solicitan créditos a través de un nuevo perfil, ocultando su propia identidad.
- Credit washing elevará los fraudes y pérdidas de crédito. Las instituciones bancarias dependían de los informes de calificación crediticia para tomar decisiones. Pero hoy es relativamente fácil eliminar registros del buró de crédito. Los bancos están viendo picos o anomalías en sus pérdidas crediticias que son atípicas para las personas en sus rangos de puntaje crediticio. Esto alimenta las «identidades maliciosas», es decir, personas que intentan cambiar sus identidades.
- El fraude electrónico es mucho más difícil de detectar. Los delincuentes que utilizan esta técnica ya no solo aspiran a apropiarse de una tarjeta de regalo o de una línea de crédito. Hoy buscan productos más costosos y lujosos. El crimen se trasladó incluso al mercado inmobiliario, donde entidades falsas se han involucrado en cierres de depósitos en garantía y más.
- La apropiación de cuentas aumentará, nuevamente. Gracias a los miles de millones de registros que se filtran cada año en línea, los ciberdelincuentes están utilizando bots sofisticados para automatizar los intentos de apropiación de cuentas.
- El fraude se abre paso en la cultura pop y las redes sociales. Estas plataformas están haciendo que los métodos fraudulentos se vuelvan más comunes y fáciles de acceder, lo que deriva en un aumento de los intentos de fraude contra bancos y empresas del sector financiero.
En este escenario, destaca la importancia de adoptar un enfoque unificado en torno al fraude, el cumplimiento y la seguridad.
Por Yuri Rueda, Domain Expert de Fraude para SAS LATAM.