Las empresas alrededor del mundo cada vez más establecen y trabajan en el objetivo de reducir el impacto ambiental, a través de estrategias como la eficiencia energética de los edificios, la nueva generación de refrigerantes, mejores prácticas en la administración de los sistemas de aire acondicionado, así como diferentes mejoras enfocadas en la automatización, sin embargo, otro factor esencial que comienza a tomar relevancia y marcar la diferencia es la electrificación de los sistemas HVAC (calefacción, ventilación y aire acondicionado por sus siglas en inglés).
A medida que la red de energía eléctrica hace su transición a fuentes más ecológicas, libres de carbono y que generan menos emisiones, los tomadores de decisiones pretenden reducir al mismo tiempo el consumo de combustibles fósiles en los edificios, mientras aceleran el proceso para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero al utilizar energía más limpia.
Esto representa una gran transformación para la
industria HVAC y las personas dedicadas a la administración y construcción de edificios, pero también una gran oportunidad para hacer la diferencia en el cuidado del medio ambiente.
La electrificación es el futuro cercano
Alrededor del mundo la electrificación de los edificios está ganando terreno como una estrategia práctica para la descarbonización. Su uso es muy efectivo y oportuno en lugares como México, en los que la red eléctrica está en transición hacia fuentes de energías limpias y renovables; y aunque la mayor parte de la generación de electricidad en la actualidad se basa en combustibles fósiles, el constante crecimiento de las energías renovables representa una gran oportunidad para realizar la transición.
En la actualidad el enfriamiento en sistemas de aire acondicionado en edificios ya se hace a través de energía eléctrica, sin embargo, la mayoría de las emisiones que provienen directamente de los edificios se deben al uso de combustibles fósiles para los sistemas de calefacción.
La oportunidad para los dueños de edificios
Compañías de todo el mundo ya han establecido objetivos de descarbonización para reducir su dependencia de los combustibles fósiles. El primer paso es evaluar diferentes aspectos de los antiguos sistemas HVAC y si es necesario reemplazarlos por alternativas que utilicen energía eléctrica, esto ayudará a reducir las emisiones de CO2, ya que los edificios representan 38% de las emisiones a nivel mundial, mientras que los sistemas HVAC representan 40 % del uso de energía de los edificios, según cifras de la Alianza para el ahorro de energía.
“El 92% de las empresas del S&P 500 y el 42% de las empresas Fortune 500 incluyen compromisos de reducción e incluso cero emisiones netas que probablemente requerirán medidas de reducción de emisiones de carbono y acelerarán la transición a sistemas HVAC híbridos o totalmente eléctricos. Ya sea por convicción propia, por cumplimiento de regulaciones o incentivos financieros, la electrificación debería estar en la conversación de todos los tomadores de decisiones”, comentó Carlos García, director general de Trane México.
Las bombas de calor para edificios pueden ser la clave
Existen diferentes formas de calefacción eléctrica, como lo es el calentamiento por resistencia que incluye hornos eléctricos, y también está la tecnología de bomba de calor, la cual se ha convertido en una de las preferidas de la industria por su bajo consumo energético, y en consecuencia, menor costo operativo e impacto en la demanda de energía.
¿Por qué las bombas de calor para edificios son tan eficientes? La respuesta corta es porque no generan calor. Esta alternativa mueve el calor de las habitaciones con exceso de calor a las áreas donde más se necesita. Las leyes de la termodinámica dicen que se necesita menos energía para transferir calor que para generarlo, lo que se traduce en ahorros significativos de energía y costos. Se puede pensar en ello como el «reciclaje y reutilización» de la energía térmica de un edificio.
Tradicionalmente, las bombas de calor se veían como una solución residencial de calefacción y enfriamiento, y rara vez se adaptaba para edificios más grandes, ya que su uso estaba limitado a climas con temperaturas exteriores superiores a -7 grados centígrados. Por debajo de esa temperatura, se debía activar otro sistema de calefacción con combustibles fósiles o de resistencia eléctrica, sin embargo, el avance tecnológico de este sistema permite que sea una opción para más inmuebles.
“Hoy en día existen opciones confiables, rentables y energéticamente eficientes para enfriar y calentar instalaciones mientras se reducen las emisiones de carbono, sin sacrificar la comodidad de los ocupantes. Por ello se debe contar con soluciones HVAC electrificadas que ofrezcan flexibilidad para cumplir tanto con las regulaciones como con los objetivos de sostenibilidad; un alto rendimiento que permita que los edificios funcionen mejor mientras reducen emisiones; que sean confiables aún en climas fríos y que se obtenga un beneficio económico tanto en los costos de los equipos como de la factura de energía”, agregó Carlos García.