El año escolar 2020-2021 resultó ser un curso intensivo para los mejores directivos, profesores y personal administrativo de colegios y universidades. La mayoría de los tomadores de decisión tuvieron que coordinar la migración a entornos de aprendizaje remoto, donde en la mayoría de los casos, docentes, alumnos y otros trabajadores se adaptaron de forma ágil y fluida a circunstancias extraordinarias y desafiantes para crear nuevas experiencias digitales.
Este año, sin embargo, las escuelas están aprendiendo otra lección: que hay una gran diferencia entre dar clases a distancia y proporcionar una educación de calidad. La Encuesta ECOVID-ED, realizada en marzo de 2021 por el INEGI, revela grandes disparidades entre lo que las escuelas intentaron ofrecer y lo que los estudiantes sintieron que realmente recibieron.
58.3% de los alumnos opinan que en el formato de clases de a distancia no se aprende o se aprende menos que en el modelo de educación presencial. De forma similar, un estudio desarrollado por la Universidad del Valle de México reportó que 19.3% de los universitarios sufre de estrés severo, derivada de la ansiedad tecnológica de que alguna falla en el equipo afectara sus entregas o no les permitiera acceder a las sesiones.
Tales índices representan un foco rojo significativo y, por ende, una llamada de atención para hacer de las estrategias de aprendizaje remoto e híbrido una experiencia sostenible y amigable para las personas involucradas. Una forma en que pueden dar un paso en esa dirección es aprovechar las plataformas digitales modernas que pueden mejorar significativamente la experiencia del estudiante.
- 1. Compartir la información más fácilmente con profesores y estudiantes
Las escuelas recopilan grandes cantidades de datos sobre y, en los modelos de educación digital, la información se vuelve más valiosa que nunca, dando visibilidad, por ejemplo, a las herramientas que funcionan mejor en las clases, haciendo posible generar mejores prácticas y recursos adicionales para que los estudiantes tengan éxito en un entorno de aprendizaje híbrido.
- 2. Digitalizar los flujos de trabajo para ayudar a los estudiantes a ayudarse a sí mismos
Navegar por los sistemas de TI de una escuela puede ser un enorme desafío, tanto para alumnos de grados superiores como para el propio personal docente. Coordinar el acceso a recursos escolares de forma remota: establecer una conectividad confiable, obtener acceso a la VPN, elegir el software en línea, entre otras, suele ser un proceso complejo y tedioso.
Para simplificar el trabajo de soporte técnico, un portal de autoservicio puede ayudar a los usuarios a consultar preguntas frecuentes y solicitar asesoría de forma más ágil y eficiente.
- 3. Eliminar estructuras de silos a través de servicios centralizados
Muchos colegios operan en entornos aislados, separadas por departamentos académicos, donde las tecnologías, aplicaciones, datos y procesos de cada uno pueden ser muy diferentes. Romper esos silos con sistemas centralizados, puede reducir la complejidad y el costo, ofreciendo una vista única de datos y operaciones.
- 4. Confiar en los datos para la toma de decisiones
Las escuelas ahora tienen acceso a datos y recursos analíticos que no estaban disponibles incluso hace unos años, pero muchos todavía no están aprovechados al máximo. Cada vez más, los estudiantes exigen ver los datos detrás de las decisiones de una escuela, desde aquellos sobre cuándo se reabrirá las clases en el campus hasta las decisiones académicas sobre por qué, por ejemplo, ciertas asignaturas optativas se eliminaron del plan de estudios.
- No hay vuelta atrás
Los estudiantes de hoy esperan experiencias más fluidas e impulsadas digitalmente, no es suficiente simplemente adoptar nuevas tecnologías, las instituciones necesitan involucrar a todas las partes involucradas para construir una estrategia efectiva de aprendizaje híbrido. ¿Cómo pueden los estudiantes disfrutar de una experiencia de aprendizaje enriquecida y al mismo tiempo permanecer seguros? Las plataformas y herramientas digitales pueden ser un aliado clave en esta nueva aventura.
Por Mauricio García-Cepeda, director general de ServiceNow para México e Hispanoamérica.