La digitalización ha sido uno de los retos más importantes que ha enfrentado el sector empresarial en los últimos años, pasando de procesos análogos a operaciones que se basan y dependen en gran medida de infraestructura tecnológica. Sin embargo, dentro de esta transición, la nube ha jugado un rol disruptivo en la forma en que las organizaciones conciben y afrontan la transformación digital, dejando muy atrás el papel y el ábaco para plantearse la decisión de qué información, archivos y procesos desplegar localmente y cuales en ambientes virtualizados. Con el objetivo de atender esta disyuntiva, los ecosistemas de nube híbrida ofrecen el balance entre ambos mundos: la seguridad y confianza del procesamiento local, con la versatilidad y agilidad de la virtualización, adaptándose a las necesidades de cada empresa o proyecto.
De acuerdo con datos de la encuesta Hybrid & Multicloud Perceptions de Microsoft, 76% de las organizaciones eligen un esquema de nube híbrida o multinube como parte de su estrategia de negocios, mientras que 86% planean incrementar su inversión en este ámbito durante el 2022.
Desde una perspectiva comercial, las compañías que emplean tecnologías de nube reportaron incrementos en sus ventas en los últimos 12 meses, mientras que 83% de estas organizaciones que operan tanto con ambientes de nube híbrida como de multinube presentaron ingresos aún más altos en comparación a solo 58% de las firmas que no utilizan ninguno de estos esquemas.
Si bien 92% de los encuestados consideran que estos cambios en la adopción de tecnologías de nube se detonaron o aceleraron a consecuencia de la pandemia, los líderes de negocio esperan que la inversión en soluciones multinube aumente en el futuro cercano derivado de un mayor requerimiento de capacidad de procesamiento y/o la necesidad de crear ambientes de nube de uso específico. Ante estos escenarios, 50% de las compañías planean diversificar el número y tipo de proveedores de nube con los que trabajan, mientras que solo 15% piensan mantener las mismas relaciones comerciales en sus ecosistemas virtualizados.
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Estos ambientes de nube híbrida o multinube empoderan a los negocios para contar con la flexibilidad que necesitan para innovar dentro y fuera de la empresa, habilitando servicios para teletrabajo, automatización, inteligencia de negocio y la adopción de otras soluciones de nueva generación que aprovechan el poder y escalabilidad de los ambientes virtualizados.
Al capitalizar la agilidad como un activo de negocio, las compañías de cualquier tamaño e industria pueden responder de forma óptima los requerimientos operativos y las demandas de sus clientes, con el soporte de una mejor continuidad de negocio y la capacidad de innovar de forma competitiva en el mercado. En este aspecto, la adopción de soluciones de nube se ha vuelto un elemento crítico del trabajo del departamento de DevOps, generando servicios y cerrando los procesos de atención de forma rápida y efectiva, con la flexibilidad de la nube híbrida.
Para administrar estos ambientes tan diferentes, las organizaciones requieren capacidades de visibilidad, monitoreo y gobernanza avanzados, que les permitan tener control de los recursos y datos empresariales.
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Conforme las organizaciones están transformando sus ecosistemas digitales, ya sea migrando sus cargas de trabajo a la nube, construyendo nuevas aplicaciones basadas en ambientes de nube o desbloqueando nuevos escenarios de conectividad, el equilibrio entre la adopción tecnológica y las necesidades del negocio se vuelve un factor crítico, donde las empresas requieren monitorear la salud, rendimiento y seguridad de sus sistemas.
En la medida que las prioridades de negocio han evolucionado para habilitar el trabajo remoto, capitalizar la innovación en la nube y aprovechar al máximo la inversión previa en sistemas locales, contar con soluciones de nube híbrida y multinube se ha vuelto más importante que nunca.