El comercio electrónico en México ha avanzado de manera importante en los dos últimos años, impulsado en gran medida por la pandemia y la acelerada transformación digital que ha experimentado el sector minorista, así como en los medios de pago.
Según datos de la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO), esta actividad alcanzó un valor en el país de $401,300 millones de pesos en 2021, un crecimiento 27% en comparación con el año anterior, cuando tocó la marca de los $316,000 millones de pesos.
Statista señala que cerca del 90% de la población mundial admitió haber comprado en Internet en 2020, razón por la que no sorprende que los ingresos procedentes de las ventas en línea se situaran en alrededor de $4.2 billones de dólares ese año.
En particular, México se ha colado entre los primeros cinco países que reportan el mayor crecimiento en materia de comercio electrónico minorista por tercer año consecutivo, y se ha unido al grupo conformado por India, Brasil, Argentina y Rusia.
Hoy, los compradores reconocen abiertamente la conveniencia y beneficios de comprar en línea, y son quienes le están inyectando gran dinamismo… y dinero. ¿Las razones? Les evita acudir a las tiendas físicas (muchos aún tienen temor de contagiarse en las olas pandémicas), aprovechar las ofertas y mercancías exclusivas en los distintos canales digitales, y recibir sus compras directamente en sus hogares y oficinas.
Más aún, están ampliando el uso de una variedad de medios de pago para concretar sus compras en línea. Un reciente estudio, Tendencia en Medios de Pago, ahora en su onceava edición, producido por Minsait Payments, hace una radiografía muy puntual de cómo la gente está utilizando las opciones a su disposición para realizar las compras tanto en los espacios digitales como físicos, y en un contexto en el que los pagos se han vuelto más rápidos, ágiles y convenientes.
El comercio electrónico avanza
Hay que destacar aquí el crecimiento que ha tenido el valor pagado desde las cuentas virtuales. En particular en América Latina, tal valor representó en 2020 un 85.2% de los pagos realizados por medios electrónicos, un aumento del 83.9% del año anterior, con lo que se convierte en el medio de pago líder en términos de valor.
Las tarjetas, en tanto, representaron en ese periodo el 5.9% del valor, y se sitúan como el segundo medio de pago en términos de valor en la región. El uso de cheques literalmente se va desvaneciendo, con apenas concentrando un 5.1% del valor pagado hace un par de años.
Ahora bien, en términos de volumen, esto es, el número de operaciones, el pago con tarjeta ha concentrado casi ocho de cada diez pagos realizados por medios digitales, con el 76.7%, lo que equivale a la nada despreciable cantidad de $30,700 millones de dólares.
Lo anterior está estrechamente relacionado con el auge del comercio electrónico. Para tener una dimensión amplia de esto, se estima que el comercio electrónico minorista en América Latina se multiplicó por siete en diez años, para alcanzar en 2020 los $107,000 millones de dólares. Respecto al desglose por país, México se ha colocado en segunda posición con el 29%, precedido de Brasil con el 45% y seguido por Argentina con el 12%.
Hay que tener en cuenta además que la población adulta bancarizada internauta utiliza una gama diversa de medios de pago, los cuales utiliza en función de sus preferencias, así como de acuerdo a las alternativas de cobro que aceptan los establecimientos y puntos de venta.
Los protagonistas en la nueva normalidad
Desde una perspectiva global, en 2021 se observó un crecimiento continuo de los medios de pago que la población utiliza, y en donde los principales protagonistas son los medios digitales, aun cuando no se vislumbra que el efectivo deje de utilizarse en el largo plazo.
Hay que considerar, en el contexto actual, que la pandemia tuvo un impacto significativo que impulsó el cambio de hábitos, como la digitalización de las transacciones, aunque el dinero en efectivo sigue siendo el medio de pago más común. Si bien los medios electrónicos han avanzado, las tarjetas de débito y crédito potenciarán su uso en los siguientes años.
En este rubro sucede algo muy curioso: las tarjetas están dejando de ser de plástico, para volverse virtuales y trasladarse a los dispositivos móviles. Al final, los usuarios optarán por el medio que le sea fácil de usar y conveniente, como pueden ser las tarjetas y las aplicaciones de pago.
Hay otros participantes del ecosistema financiero que van ganando terreno y consolidándose en el universo de los pagos: las fintech y los neobancos. Los pagos digitales fueron por mucho tiempo un negocio del sector bancario, y con la llegada de las fintech se ha abierto la puerta de una industria de gran potencial. Hoy se observa un crecimiento del ecosistema y en el que se dan cabida un gran número de jugadores y startups. Destaca también su rol en el crecimiento de la inclusión financiera.
Mayor seguridad
Específicamente en América Latina, el reporte referido señala que en el comercio electrónico el método de pago más utilizado es la tarjeta (más del 50%) por la población adulta bancaria internauta. Le sigue las transferencias y la domicialización, cuyo uso va en franco aumento, y la utilización de aplicaciones de pago entre particulares, dejando muy atrás el pago en efectivo.
De igual forma, se ha puesto mayor énfasis en la seguridad. Por ejemplo, el uso del doble factor de autenticación en las compras en línea se ha incrementado considerablemente. En México, casi el 56% ha utilizado este método para hacer sus compras en sitios de comercio electrónico. Cobra también mayor popularidad el uso de PIN más código temporal enviado por SMS, así como la autenticación por huella digital.
Los métodos de pago seguirán evolucionando en México, América Latina y el resto del mundo, sin duda. Se siguen conjugando una serie de fenómenos y circunstancias como la propia pandemia, la digitalización digital continua en todos los niveles, los avances en la bancarización, además de los usuarios que están dispuestos a explorar y probar nuevos métodos de pago.
De igual modo, surgirán nuevos jugadores que se integren al ecosistema de pagos, quienes no necesariamente serán instituciones financieras de origen, pero que podrían aportar importantes novedades, apegándose siempre a las regulaciones vigentes locales y globales, y aprovechando tecnologías de última generación.
Por: Jesús Álvarez González, Director de Desarrollo de Negocio Caribe, Centro y Norte América de Minsait Payments, la filial de medios de pago de Minsait