México sufrió más de 156 mil millones de intentos de ciberataques en 2021, según datos de Fortinet. Esta cifra equivale a un reporte promedio de 427 millones de intentos de ciberataques al día.
Según datos recabados por FortiGuard Labs, el laboratorio de inteligencia de amenazas de Fortinet, México fue el país latinoamericano que más intentos de ataques recibió (156 mil millones), seguido de Brasil (88.5 mil millones), Perú (11.5 mil millones) y Colombia (11.2 mil millones).
“El incremento en volumen, sofisticación y efectividad de las ciberamenzas durante el 2021 ha sido notable, por lo que las organizaciones en la región deben estar mejor preparadas con un enfoque de seguridad integral y automatizado para prevenir, detectar y mitigar estos riesgos que están poniendo en juego la integridad de sus operaciones”, explica Arturo Torres, estratega de ciberseguridad de FortiGuard Labs de Fortinet para América Latina y el Caribe.
América Latina y el Caribe en la mira de los ciberdelincuentes
El reporte de 2021 revela que los países de América Latina y el Caribe se encuentran a la par de otras regiones y han sido objetivo de cerca del 10% del total de intentos de ciberataques que se han dado el último año en el mundo.
Un ejemplo de esto fue la vulnerabilidad Log4J, una de las más utilizadas por los atacantes en el período, lo que permitió la ejecución remota completa de código malicioso en sistemas vulnerables de la región. Los países latinoamericanos que más intentos registraron por esta exploración fueron Perú, Colombia, Argentina, Brasil y México.
Durante el tercer trimestre de 2021 tuvo lugar el mayor ataque de denegación de servicio distribuido (DDoS) de la historia, la amenaza surgió de una variante de la botnet Mirai, dirigida a dispositivos IoT, que lanzó más de una docena de ataques DDoS que superaron varias veces los 1 Tbps y rondaron los 1,2 Tbps. Fortinet detectó que Brasil fue objetivo de cerca del 10% de estos ataques, lo que representó unos 500 mil millones de intentos de DDoS disparados hacia ese país.
Además, también se detectaron intentos de instalar herramientas de minería de criptomonedas en Argentina, República Dominicana y Colombia.
El trabajo remoto como puerta de entrada
Muchas de las amenazas a la ciberseguridad corporativa reportadas durante el 2021 están estrechamente relacionadas con la mayor cantidad de personas conectadas a sus trabajos de forma remota. En la segunda mitad del año se detectó un aumento considerable en el uso de técnicas de escaneo masivo en América Latina y el Caribe, lo que permite a un ciberatacante identificar vulnerabilidades, recopilar información de brechas en los sistemas vulnerables y realizar así la selección de sus objetivos en función de sus hallazgos.
FortiGuard Labs también ha detectado una gran cantidad de ataques relacionados con ejecución remota de código (RCE) en dispositivos IoT, como cámaras, micrófonos y enrutadores domésticos, lo que permite al atacante tomar el control de sistemas empresariales vulnerables. En este sentido, Mirai sigue siendo la campaña de Botnet que registra mayor actividad en todos los países de América Latina y el Caribe. Mirai es una ciberamenaza enfocada en dispositivos IoT que hace que los dispositivos infectados se unan a una red de botnets, que se utilizan para ataques de DDoS. FortiGuard Labs ha reportado una nueva variante de Mirai que se ha propagado mediante la vulnerabilidad Log4j, que salió a la luz en el cuarto trimestre de 2021.
Por su parte, Argentina, Chile, México, Perú y Panamá han sido objeto de distribuciones de malware y troyanos centradas en aplicaciones de Microsoft Office, usualmente utilizadas para trabajo y educación a distancia.
Ingeniería social y el uso de la pandemia como engaño
La distribución de malware a través de publicidad engañosa, sitios web maliciosos y campañas de correo electrónico de phishing sigue siendo la técnica de engaño más utilizada por los ciberdelincuentes. Una vez infectados los dispositivos de las víctimas, los atacantes pueden apoderarse de ellos y usarlos para cometer delitos cibernéticos como el robo de credenciales y ataques de denegación de servicio distribuido. Asimismo, el uso de información sobre COVID-19 y la reciente variante Ómicron permitió en el cuarto trimestre de 2021 el despliegue de la campaña de botnet RedLine Stealer, donde los atacantes roban información de los usuarios y la utilizan para acciones maliciosas o la venden para actividades delictivas futuras.
“Seguimos viendo que la concientización y capacitación de los usuarios es fundamental para prevenir ataques, especialmente aquellos que utilizan la ingeniería social para engañar a las personas”, agrega Torres. “En un modelo de trabajo desde cualquier lugar como el actual, donde muchas personas utilizan dispositivos personales y conexiones domiciliarias o públicas con escasa protección, los delincuentes continuarán explotando estos entornos y buscando recursos vulnerables para acceder a las redes corporativas. Aquí es donde el enfoque de confianza cero para controlar el acceso y supervisar la actividad dentro de la red cobra mayor sentido”.