Dados los complejos desafíos que enfrenta el mundo de los negocios, desde una pandemia en curso, la invasión a Ucrania, la inflación (la más alta en décadas), y el temor a una recesión inminente; es comprensible que las organizaciones estén hiperactivas. No obstante, sin el equilibrio correcto enfocado en las personas y su salud mental, la operación de un negocio saludable, simplemente no es posible.
El trabajo desde casa que surgió por el Covid-19 exacerbó este punto. Aunque eliminó los largos viajes al trabajo y ofreció a los trabajadores más tiempo con la familia; para muchos la línea entre el trabajo y el hogar comenzó a desdibujarse, creando una sensación de exceso de trabajo y agotamiento. Además, el aislamiento profesional y la soledad comenzaron a impactar en la fuerza laboral, afectando la salud mental y las relaciones personales y profesionales.
Por esto es fundamental que las organizaciones consideren el estado de la salud de sus empleados y colaboradores, desde una perspectiva holística, abarcando mente, cuerpo y espíritu, con el fin de construir y cultivar entornos empáticos, diversos e inclusivos.
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A raíz de la pandemia, las personas se han tomado el tiempo de repensar qué es importante, y qué es necesario para prosperar en sus entornos laborales, en lugar de simplemente soportar los cambios.
Al mismo tiempo, las organizaciones deben demostrar un compromiso con los trabajadores, una cultura de comprensión y el bienestar integral de sus colaboradores. De esta manera, los líderes pueden crear el tipo de experiencias positivas que las personas necesitan para ser productivas, felices y entusiastas con su trabajo y sus contribuciones.
Sin duda nos encontramos en un mundo nuevo, donde las personas buscan obtener mucho más de su experiencia laboral. Ya en 2020 Gallup descubrió que la mayoría de los trabajadores menores de 40 años «no estaban comprometidos» en sus ocupaciones y cerca de dos tercios “no progresaban». Después de dos años, los empleados están aún menos conectados. De hecho, muchos están buscando una nueva oportunidad, un nuevo comienzo.
Entonces, ¿cómo responde una organización a estas demandas? ¿Por dónde empiezan a hacer de la salud mental una prioridad para los negocios?
Los líderes deben apoyarse y comprometerse para comprender dónde está su organización y qué necesitan sus empleados; es probable que no tengamos todas las respuestas. Sin embargo, lo importante es participar, hacer preguntas y escuchar.
A partir de ahí, se pueden tomar muchas opciones como crear grupos de recursos para los colaboradores, desarrollar nuevos programas e iniciativas de beneficios de salud y bienestar, colocar el énfasis en el desarrollo profesional, crear una cultura organizacional que permita flexibilidad para los descansos, y prácticas que fomenten el bienestar fuera del horario laboral y durante las vacaciones.
Puede que no tengamos todas las respuestas, pero necesitamos hacer que este tipo de programas y procesos de apoyo sean elementos más permanentes dentro de nuestras organizaciones.
La salud y el bienestar de nuestros colaboradores es tan importante como la salud de nuestro negocio. Por lo tanto, debe priorizarse no solo porque afecta la productividad empresarial, sino también porque es lo correcto para nuestros equipos.
Por Daniel Scarafia, Director Regional Hitachi Vantara América Latina.