En marzo del año en curso, Microsoft presentó el progreso de su plan Innovar por México, el cual incluye la creación de una nueva región de centro de datos en el país. Esta región, ubicada en el estado de Querétaro, tiene el objetivo de atender las necesidades de infraestructura tecnológica para habilitar la operación digital de personas y empresas en nuestro país y otras regiones del mundo. Con este proyecto, se pretende, además de cubrir adecuadamente la creciente demanda de conectividad y colaboración, devolver al planeta los recursos utilizados, integrando dicho proyecto como parte de su esfuerzo sustentable por revertir la huella de carbono de la compañía.
Según un estudio de la Asociación Mexicana del Internet, la tendencia de tráfico y demanda de información se acentuó significativamente durante 2020, registrándose 10.2% más internautas en México durante el último año, hasta representar 86.8 millones de usuarios de internet.
Es por esto que, a través de esta iniciativa, con el incremento de las actividades digitales cotidianas, Microsoft despliega una serie de acciones en pro del medio ambiente, fijando objetivos clave como la alimentación de todos sus centros de datos y operaciones con el equivalente al 100% de fuentes de energía renovable antes de que concluya el 2025, impulsando una innovación tecnológica sustentable, responsable e inteligente.
En la actualidad, según estimaciones de The Shift Project, el uso de tecnología, incluyendo gadgets, sistemas de cómputo o soluciones de redes e infraestructura emiten aproximadamente 3.7% de las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo, una proporción similar a la generada por la industria aeronáutica, y que se proyecta llegaría a duplicarse en los próximos cuatro años. Cifras similares de EpiC Computing esperan que esta huella de carbono se acentué conforme la industria de tecnología apuesta por sistemas más poderosos que requieren mayor energía para operar, concentrando 3.6% de la electricidad a nivel global.
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Tal perspectiva ante las grandes granjas de servidores que habilitan las tecnologías de nube y virtualización hace del consumo energético una de las principales objeciones a este tipo de proyectos, ya que se calcula que un centro de datos requiere un flujo promedio de 205 terawatts por hora, según The Science Mag, concentrando aproximadamente 1% del consumo eléctrico a nivel mundial, una cifra que tendría una tendencia a amplificarse ante la creciente demanda de servicios de datos en todo el mundo. También existen cifras de McMaster University que estiman que durante la última década el consumo energético de los centros de datos se ha duplicado, comportamiento que se replicaría durante los próximos años hasta representar 50% del consumo de energía eléctrica para 2040.
Los centros de datos de Microsoft donde se gestiona toda la información en la nube están desarrollados con características que permiten tener un impacto reducido en la utilización de recursos para el funcionamiento de estos, incluso cuentan con turbinas eólicas y los paneles solares como ejemplos del tipo de energía renovable que la compañía está adquiriendo para cumplir ese objetivo.
El tamaño del terreno donde se ubica cada centro de datos es similar al de una tienda departamental grande, prácticamente cada metro cuadrado se utiliza para suministrar electricidad a los servidores, lo que convierte la electricidad en datos. Los refrigeradores mecánicos de Microsoft usan agua para enfriar el aire a través del proceso de evaporación. Como empresa, Microsoft ha comenzado a cambiar a tecnologías de refrigeración que hacen un uso menor del agua, como la refrigeración líquida y su objetivo es reponer más agua de la que se consume al final de esta década, por lo que darán al agua una vida extendida.
Considerando que 40% del consumo eléctrico de los centros de datos está destinado al enfriamiento y ventilación de los sistemas, según Energy Procedia, este es un paso clave para reducir el impacto ambiental del sector tecnológico en general. Microsoft busca atender y solucionar esta problemática sustentable desarrollando una estrategia horizontal para reducir y reparar la producción de carbono y desechos, el consumo de agua y la relación con los ecosistemas.