Latinoamérica es una pieza clave en el abastecimiento de minerales en el mundo. La región minera produjo 8.5 millones de toneladas métricas de cobre en 2021, lo que representa la mayor producción mundial de este commodity, con el 48,4% a nivel global. El mismo año, Chile produjo el 28,5% del cobre transado en el planeta, mientras que Perú produjo un 10,9% y México un 3,4%.
Como es de esperar, estos números se dan en el contexto del funcionamiento armónico, eficiente y seguro de cada uno de los eslabones que ordenan y movilizan los procesos de extracción, procesamiento y transporte de este producto.
Sin embargo, la operación minera en general es en extremo sensible ante los efectos de cualquier contingencia, tanto por fallas técnicas o incidentes producidos por la naturaleza. Un fallo estructural en cualquier parte de la cadena de producción puede suponer la pérdida de cientos de millones de dólares y, en el peor de los casos, también de vidas.
Por ejemplo, en 2020 se registraron 2.075 accidentes en la industria minera chilena, de los cuales 13 resultaron ser fatales. En tal escenario, se hace imperativo generar una comunicación efectiva confiable y de forma instantánea, que contribuya a tomar las decisiones que, el día de mañana, pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte.
Una alta probabilidad de accidentes transforma también a la minería en una industria de misión crítica. Como tal, debe tener una capacidad de comunicación a prueba de cualquier dificultad, ya sea de profundidad, acceso, condiciones climáticas o alimentación eléctrica. Por ejemplo, contar con un ecosistema de comunicaciones interconectado permitió darles continuidad a las comunicaciones de distintas minas tras el terremoto en Tocopilla, en 2007.
La experiencia y evidencia nos indica que la mejor solución para estos escenarios implica repensar los sistemas de comunicación y concebirlos como una solución integrada, lo que además contribuye a mejorar la eficiencia gracias a una mejora en el desempeño del trabajo.
Motorola Solutions recomienda la adopción de sistemas que permitan una visión 360° del ciclo productivo minero y una mayor conectividad que les permita a todos los actores del complejo minero compartir información con inteligencia integrada entre personas, procesos y tecnología, que les permita entender mejor sus operaciones en tiempo real, optimizar el desempeño y reducir los riesgos de seguridad.
Por ejemplo, las soluciones de video seguridad con capacidad de analítica avanzada de autoaprendizaje permiten detectar los riesgos, de manera de adelantarse a eventos de contingencia. Luego de detectado el riesgo, para poder analizar mejor la situación.
Otro paso esencial es la comunicación. Mediante el uso de radios de dos vías especializados para entornos peligrosos, con la propiedad de reducir a mayor escala los ruidos de fondo, los colaboradores pueden compartir voz y datos entre ellos logrando una colaboración en tiempo real y asistencia en caso de algún contratiempo o incidente.
Estamos convencidos de que una comunicación eficiente, confiable y segura es un eslabón fundamental para la fiabilidad de las operaciones mineras.
Por John Ávila,
Experto en soluciones de Seguridad para Empresas,
Motorola Solutions.